Sala de prensa

 

Celebran a Efraín Huerta con una verbena popular en la Alameda

y la explanada de Bellas Artes

 

Comunicado No.1055/2014

22 de junio de 2014

 

 

Como una celebración a la vida, que incluyó lectura de poemas, un pasacalle con malabaristas y zanqueros que recorrieron desde avenida Juárez y Reforma hasta la explanada del Palacio de Bellas Artes,  la proyección de un video y un vistoso alebrije con el rostro del poeta, conmemoraron diversas instituciones encabezadas por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) el centenario del natalicio de Efraín Huerta, El Gran Cocodrilo.

 

“Los centenarios son una excusa para volver a la obra de los autores; un autor por más consagrado que sea no existe si no hay un lector del otro lado que quiera acercarse a él. Nosotros queremos que hoy nazcan muchos y nuevos lectores de Efraín Huerta”, expuso Ricardo Cayuela, director de Publicaciones de Conaculta, durante la bienvenida a los asistentes a esta fiesta, en la que participaron estudiantes; integrantes de la Red de Fábricas de Artes y Oficios de la Secretaría de Cultura del Distrito Federal; jóvenes del programa Prepa Sí; autores, lectores y público en general.

 

Enfatizó en la coordinación que las autoridades del Gobierno Federal, a través del Conaculta y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), tuvieron con el Gobierno de la Ciudad de México, a través de la Secretaría de Cultura, para celebrar los centenarios del nacimiento de Octavio Paz, Efraín Huerta y José Revueltas.

 

La Ciudad de México de Efraín Huerta tiene nombre y apellido, añadió el representante de Conaculta, en referencia a la poesía crítica, irónica y mordaz mediante la cual el poeta fundó con Margarita Paz Paredes y Otto Raúl González, en 1949, el Cocodrilismo, movimiento creado como un llamado para oponerse al aburrimiento universal.

 

“En el nombre el movimiento lleva el sarcasmo, el Cocodrilismo es una escuela lírica y social que en mucho se opone al existencialismo, extraordinaria escuela de optimismo y alegría. Su manifiesto es una oda al Nalgaismo, se expuso en el video realizado por José Peguero, que se transmitió en la explanada del Palacio de Bellas Artes.

 

Añadía ese video que Huerta hizo de la libertad un oficio, se mantuvo libre de pensamiento y de actitud, escribió una poesía festiva, ceremonial, callejera, que tatuó en las siguientes generaciones, tanto que los poetas infrarealistas Mario Santiago y Roberto Bolaño lo bautizaron como Infraín y él, Efraín Huerta, lo celebró inmediatamente.

 

Durante el evento inaugural que se celebró en el kiosco de la Alameda Central, el secretario de Cultura del Distrito Federal, Eduardo Vázquez, explicó que los organizadores “quisimos hacer una fiesta de ciudadanos de la calle, y poner la mirada sobre los poetas como una manera de llamar la atención sobre la necesidad de leerlos y la gran riqueza que nace de su lectura”.

 

Añadió que Efraín Huerta fue un hombre de la calle, que le gustaba caminar, un peatón cuya poesía es la de un caminante, o un habitante de esta ciudad a la que amaba y le apasionaba con implícita rebeldía.

 

También su hijo, el poeta David Huerta, presente en la celebración, se refirió a la trayectoria de El Gran Cocodrilo: “Saludamos la poesía vigorosa de Efraín Huerta, su vida, su generosidad, su sentido de la amistad, del amor, su forma de estar con sus semejantes, de tender la mano y de darnos siempre la palabra justa en el momento oportuno”, dijo.

 

Y celebró que una de las personas más queridas de Efraín Huerta, el también finado y centenario escritor José Revueltas, haya sido parte del festejo con la asistencia de varios de sus familiares. “Mi gratitud para quienes participaron en esta caminata extraordinaria, mi amor para ellos, viva la poesía, viva José Revueltas, viva Efraín Huerta”, concluyó.

 

México / Distrito Federal